El aula invertida
Por Carla Sandoval
Como docentes, hemos sido testigos de la transformación generacional de los estudiantes, quienes motivados, directa o indirectamente por la tecnología, han cambiado sus intereses, fuentes de investigación, tiempos de atención en clase, medios de comunicación y tiempos de respuesta; en pocas palabras, han cambiado su forma de aprender. En busca de opciones de enseñanza que se adapten al estudiante de hoy y a sus necesidades educativas, surge el aula invertida, un modelo educativo de enfoque constructivista que sugiere un cambio en la dinámica de la enseñanza.
Este modelo, también conocido como flipped classroom, propone que las actividades que tradicionalmente se hacían en clase, como el estudio de contenido, ahora se realicen en casa y las tareas que antes se realizaban en casa, ahora se hagan en clase; este giro en las actividades académicas se apoya en la tecnología, intereses y estilos de aprendizaje de los estudiantes.
El cambio es muy sencillo, el aprendizaje lo realiza el estudiante en casa, a su propio ritmo, por medio de videos, audios, presentaciones y otros recursos multimedia, asignados por el docente, para luego regresar a clase, a trabajar los proyectos, casos y otras actividades donde el estudiante deba aplicar lo aprendido.
El material de aprendizaje asignado para la casa, en su mayoría videos, son de corta duración y pueden ser grabados por el propio docente o utilizar de otros autores, en este caso, deben ser previamente analizados y seleccionados para garantizar que el contenido que presentan es el indicado para el curso y para los alumnos. De esta manera, el estudiante puede revisar el material una y otra vez, hasta comprender el tema o resolver sus dudas específicas la próxima clase, incluso si un alumno falta a clases, tendrá acceso a la misma explicación o contenido que el resto de sus compañeros. En cuanto a las actividades a realizar en clase, éstas pueden ser laboratorios, debates, solución de problemas o casos, guía de trabajo, cuestionarios, juego de roles, ensayos, grabar soluciones en video, etc.
Como podemos observar el aula invertida también implica un cambio en los roles del docente y del estudiante; en el caso del docente, debe cambiar su metodología y papel de expositor presencial para convertirse en un guía facilitador; y el estudiante, cambiar su acción de escucha activa para convertirse en un participante que aporta, colabora, propone y crea.
Aunque el aula invertida ofrece soluciones viables e interesantes para los requerimientos de la educación actual, no debemos dejar por alto los retos que ésta presenta, como la responsabilidad que se atribuye al estudiante sobre su aprendizaje y la resistencia de algunos docentes a cambiar su metodología y grabar videos.
De cualquier manera, por su dinámica, el aula invertida, brinda muchos beneficios, entre ellos:
- Estimula la participación activa, colaborativa y proactiva dentro del aula.
- Promueve la creatividad, cooperación, comunicación y pensamiento crítico.
- Aprovecha el tiempo en el aula al brindar aprendizaje activo.
- Ofrece atención educativa personalizada, fortaleciendo las capacidades de los alumnos en función de su estilo de aprendizaje.
- El aprendizaje está centrado en los alumnos y su diversidad.
- Provee un ambiente más agradable y mejora la motivación en los alumnos.
- Aprovecha el interés de los estudiantes por la tecnología.
- Fomenta en los estudiantes su capacidad para analizar, evaluar y crear desarrollando actividades del pensamiento superior, según la taxonomía de Bloom.
Le invitamos a conocer más sobre el tema y a introducir esta modalidad en sus clases, se aconseja hacerlo gradualmente, puede ser un tema a la vez y luego evaluar los resultados. Hoy en día existen muchos y muy buenos recursos en la red que se pueden utilizar en clase o mejor aún, puede crear y compartir sus propios videos, ¡vale la pena!
“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, Albert Einsten.