El Mindfulness mejora el rendimiento académico
Por Julio Alvarado y Carla Sandoval
En esta línea, una de las técnicas que toma protagonismo es el Mindfulness o Atención Plena, definida por Jon Kabat-Zinn, Biólogo molecular, Médico y fundador del Centro para la Atención Plena, como “prestar atención deliberadamente al momento presente con aceptación”. El Mindfulness es una especie de ejercicio intelectual en el que se entrena la atención.
Esta técnica tiene sus raíces en la filosofía oriental hinduista y consiste en alcanzar la relajación y atención consciente en el “aquí y ahora”, sincronizando lo que sucede en el interior con el exterior, para lograr este estado existen diferentes y sencillos ejercicios, que al igual que en el deporte y cualquier disciplina, sus resultados solo se verán con la práctica y constancia.
El Mindfulness que ha demostrado beneficios en otras áreas de la vida humana como la salud, el deporte, las relaciones sociales y laborales y aspectos psicológicos, últimamente se incorpora como una innovación pedagógica en el área educativa, donde estudios ya demuestran sus beneficios en el aprendizaje.
Instituciones educativas y docentes que han aplicado el Mindfulness con estudiantes de diferentes edades, desde el nivel preescolar hasta universitario, han concluido y registrado mejoras en la atención y rendimiento académico de los estudiantes así como en el ambiente del aula, otros estudios, demuestran que el Mindfulness mejora y produce cambios permanentes en el funcionamiento de la corteza prefrontal, al que se relacionan las actividades cognitivas del ser humano, como el razonamiento abstracto, atención, regulación emocional, memorización y flexibilidad mental.
Concentrarse en clase puede suponer para muchos estudiantes un esfuerzo superior y no es de extrañar si tomamos en cuenta que según estudios científicos del laboratorio de neuroimagen de la Universidad de California, USA, las personas tenemos más de 60.000 pensamientos diarios, unos 48 pensamientos por minuto, gran parte del tiempo estos pensamientos van y vienen del pasado al presente, pasando por emociones, sensaciones, miedos y ansiedades, que evitan que podamos concentrarnos y atender lo que sucede en el presente. Además, hoy en día se tienen distractores como los teléfonos celulares en los que los estudiantes pueden estar haciendo varias cosas a la vez, algunas de forma automática, desde comentar una fotografía, responder un mensaje, leer un correo, avanzar el nivel de un videojuego y responder un correo. Con tantos distractores y una mente que no ha sido ejercitada para la atención del momento presente no es de extrañar que los estudiantes tengan poca concentración, bajo rendimiento, estados de ánimo variables y desmotivación por el aprendizaje.
Los programas de aplicación del Mindfulness en el aula varían, desde prácticas de cinco minutos de atención plena antes de iniciar un curso, ejercicios guiados de media hora diaria, o pocos minutos de concentración en diferentes momentos del día, etc. Con el tiempo, cada persona crea su propia experiencia. Lo importante es que con la práctica del Mindfulness en cualquier ámbito, se consiguen cambios integrales entre los que se mencionan:
- Aumento de la concentración
- Disminuye la ansiedad
- Potencializa la memoria
- Sensación de calma y serenidad
- Mayor control y manejo de emociones y pensamientos
- Potencializa la empatía mejorando la interacción social
- Mejoras en el sistema inmunológico y en la salud en general
El Mindfulness es sin duda, una práctica positiva para estudiantes pero, también lo es para los docentes, quienes muchas veces se ven sometidos a presiones emocionales o situaciones de tensión o estress, que puede afectar tanto su cátedra como la relación con sus estudiantes y compañeros. De tal manera, que convendría considerar el Mindfulness como parte de la formación docente.